Cinco fotógrafas que deberías conocer
Siempre será interesante observar la fotografía a través de ojos femeninos. Creadoras del arte de traducir la realidad en metáfora, en conclusiones aparentes, de construir su propia visión de la realidad. Te dejamos cinco fotógrafas que te permitirán conocer mejor la percepción de la mujer en el mundo de la imagen:
1. Francesca Woodman
Eu misterioso talento de Francesca, la manera de recrear su mente a través de desnudos casi siniestros, juegos surrealistas y una sexualidad casi frágil siempre es una muestra de esa capacidad de la fotografía para construir mundos intangibles. Porque en la fotografía de Woodman, hay mucho de esa incertidumbre de lo femenino, ese dolor visceral de la mujer que se mira en su propio arte sin encontrar nunca su reflejo. El denso trabajo de Woodman —sorprende la complejidad de su planteamiento a sus jóvenes veintidós años— es parte de una poderosa aproximación al simbolismo visual más doloroso. Un lenguaje visual donde el dolor se manifiesta en luces y sombras.
2. Linda McCartney
Todos conocen a Paul McCartney como una de las voces voces y talento de los míticos The Beatles. No obstante, pocos conocen el hermoso y muy intimo trabajo fotográfico de su esposa Linda McCartney, realizado casi en paralelo a su vida marital y su experiencia dentro del mundo de la música.
Linda documentó el extraño y complejo mundo del estrellato desde un punto de vista sutil y casi privado: Sus retratos de estrellas de la música Jim Morrison, Janis Joplin y los Rolling Stone, poseen un fragilidad desconcertante, una mirada a lo profundo del retratado que conmueve al observador. Además, buena parte de su trabajo fotográfico está dedicado a documentar escenas de la vida cotidiana de su familia y amigos, quienes formaban parte de esa inquieta generación de artistas que construirían con su legado una nueva visión de la música y el arte en general. Sorprende sobre todo, la elegancia visual de la fotógrafa, que encuentra un equilibrio visual exquisito entre el rostro humano y esa intimidad que se adivina y se dibuja a través de pequeñas escenas cotidianas de enorme valor emocional.
Linda es la única mujer fotógrafa que ha tomado una fotografía, que ha sido fotografiada, y que ha figurado en la portada de la revista Rolling Stone. Sus fotografías han sido exhibidas en más de 50 galerías internacionales.
3. Nan Goldin
Nan Goldin miró el mundo que nadie quiere ver y tal vez por ese motivo, su trabajo me obsesiona. Supo narrar como ningún otro fotógrafo la escena contra cultura de Nueva York de las décadas 70 y 80 y lo hizo
de una manera tan dura y descarnada, que su trabajo siempre sorprende, asombra, golpea. Constantemente se debate el tema si Goldin miró la realidad de una manera intima o solamente construyó una especie de pornografía de lo cotidiano, rebasando el limite de la intimidad y los espacios de índole personal. Y creo que nadie sabe la respuesta a esa disyuntiva. Su trabajo parece intentar la provocación más directa, hasta que borda, con enorme sensibilidad circunstancias de la vida cotidiana de la propia fotógrafa: el exceso de alcohol, la vida nocturna, su dura abstinencia y los vaivenes de su vida emocional. Un documento conmovedor y desconcertante de una fotógrafa enigmática.
4. Margaret Bourke-White
Una de las fotografías más conocidas de la artista, es una toma panorámica donde a la distancia, en la que puede verse una multitud alrededor de lo que parece ser un cuerpo inmóvil. Hay una tensión casi insoportable en la escena, que se mira desde una considerable distancia, pero aún así, la imagen no parece sugerir solo esa fría objetividad del observador. La fotografía, inquietante y dura, a pesar de su carácter documental me dejó sin aliento. No en vano Margaret Bourke-White fue la primera reportera gráfica corresponsal de guerra, realizó su trabajo durante la Segunda Guerra Mundial y e n 1930 fue la primera mujer fotógrafa profesional admitida en la Unión Soviética.
5. Sally Mann
Por casi una década ( entre 1984 y 1994 ), Mann trabajó en la serie Immediate Family centrada en sus tres hijos, todos menores de diez años, mientras toca momentos ordinarios de su vida diaria: jugar, dormir, comer. Su manera de construir una visión exquisita, hermosa y casi sensual de la vida familiar, despertó asombro y criticas. También exploró grandes temas como: la muerte y las percepciones culturales de la sexualidad lo que despertó las iras de grupos ultraconservadores y religiosos, que calificaron su trabajo como pornográfico. En su serie más reciente: Proud Flesh, vuelve la cámara hacia su marido, Larry. Las fotografías resultantes son retratos sinceros y francos de un hombre en sus momentos más vulnerables. Toda una mirada al mundo íntimo de las relaciones familiares y más allá, los invisibles lazos que unen al ser humano con su entorno.