#Latencias | ¿Para qué preguntas Nikola?

Por Juan Antonio González

Imagen de la serie “Overnight Generation”, concebida por Ítalo Morales. Autor: Ítalo Morales (Caracas, 1973). Fotógrafo, nominado en 2010 al Sony World Photography Awards, en la categoría amateur Retratos, por la serie documental “Confrontación”. Máster en Fotografía Documental en Londres.

#Latencias, «Historias que me imagino a partir de cada instantánea», es un proyecto de Juan Antonio González.

-Perdone que no le ofrezca nada, apenas me alcanza para cigarrillos. La guerra nos dejó sin nada, ¿sabe? Sin país, sin familia, sin esperanzas…

-Me imagino, señor. Con este censo el gobierno quiere saber cuáles son las necesidades más urgentes de la gente para poder satisfacerlas.

-La política es una mierda, joven. Y la religión también. ¿Para qué necesita el gobierno saber? Basta con que mire alrededor… Asómese a la ventana, ande… ¿Huele? Aún se respira pólvora en Sarajevo, en todo esto que una vez fue un país… Acá pasamos de la alegría de los Juegos Olímpicos de Invierno del 84 a la vergüenza de ver las calles llenas de cadáveres. ¿Sabe cuántas personas murieron en este país entre 1992 y 1995?.

-…

-Casi 100 mil… ¿Qué edad tiene usted, joven?.

-20.

-Apenas tenía dos años cuando la guerra terminó…

– ¿Terminó? Disculpe. Guardar tanto silencio hastía. Ni siquiera tengo aguas, pero le puedo ofrecer un trago de ginebra, es de la más barata pero ayuda a olvidar lo que usted no recuerda, ¿quiere?.

-No, gracias. ¿Puedo comenzar con las preguntas?.

-Pregunte.

­-¿Nombre?.

-Zijad Jusufovic.

-¿Edad?.

-¡Jajaja! ¿Cuántos años me calcula?.

-…

-Tengo 38, pero acá en Sarajevo hemos aprendido a envejecer rápido. No es que parezca de 50 es que me siento de 50, quizás de 60…

La tristeza hace que el alma envejezca… La tristeza y el hambre, joven… y el dolor de quedarse solo, de haber perdido a los amigos, a mi novia… La guerra le mutila a uno las emociones, y éstas jamás vuelven a crecer…

-Señor Jusufovic, mejor regreso otro día.

-Como quiera… ¿Cómo se llama usted?.

Nikola no respondió. Quería salir cuanto antes de aquel apartamento. Bajó a prisa las escaleras, mientras sostenía en su mano derecha la carpeta con los formularios del censo. Su primer trabajo, su primera encuesta, su primera decepción. El señor Jusufovic le recordó a su tío Milomir, igual de decepcionado y alcoholizado.

No pudo evitar voltear la mirada hacia la fachada del edifcio que le habían asignado. Su antigua arquitectura no fue lo que más le llamó la atención, sino la línea discontinua de huecos que nadie había querido tapar quizás como un monumento al horror vivido por el señor Jusufovic, por su propia familia y por aquel país que nunca conoció. Miró la ventada del
apartamento del tercer piso. Le pareció ver al señor Jusufovic…
Antes de doblar la esquina, tiró la carpeta de formularios a la basura. “¿Para qué preguntas Nikola?”, se dijo.