¿Qué significa interpretar una imagen?

Por Antonio Odehnal

En tiempos donde la imagen continúa desarrollando una relación cada vez más compleja con la sociedad, es indudable su relevancia para los estudios del arte, su confección y la profundidad de su alcance, un asunto que supera por mucho al ámbito de la historia del arte. La necesidad de problematizar el territorio discursivo de la imagen requiere entender desde diversas disciplinas su comprensión como objeto de estudio, ese que como un mapa se despliega a partir de elementos visuales, pondera el concepto de lo que el arte es y representa, al mismo tiempo que exhibe en toda su potencia histórica como un objeto que trasciende épocas y espacios.

Desde la antigüedad los objetos y las imágenes han adquirido sentido cuando el ser humano los funcionaliza, es decir, cuando les otorga un sentido de ser y les asigna un significado. A partir de este supuesto se entiende que las imágenes cobran vida en la medida en que el individuo se relaciona con ellas. Las imágenes y los objetos no actúan por sí solos, sino que dependen del individuo en cuanto a que éste es el único que les puede otorgar vida al activar la energía potencial que contienen.

En la conferencia que realiza la catedrática e investigadora Linda Báez-Rubí (2016) titulada: ¿Qué significa interpretar una imagen?, la investigadora cuestiona la relación de la historiografía con la iconología de sus símbolos y motivos de la obra de arte, y como analizando estos elementos llegamos a una iconografía. Propone una serie de disertaciones relacionadas con la sistematización del método de interpretación de imágenes, la estética y conceptualización de la imagen desde la iconología y su historiografía, apoyándose en las ideas de Aby Warburg y Erwin Panofsky, un asunto que contiene una serie de complejos problemas, métodos y bases para poder interpretar las imágenes desde el espacio de la reflexión su legislación/validación en la sociedad contemporánea.

Báez-Rubí realiza en su conferencia un recorrido a través de imágenes y representaciones pictóricas que han seguido la tradición académica a través de los tiempos. Báez-Rubí expone que la lectura de las imágenes a través de sus síntomas-símbolos posibilita la relación psíquica y material que el individuo ha construido para ellas, en este sentido, la aplicación de distintos métodos sobre el arte desde la Antigüedad hasta fines de 1900, se encuentra en la encrucijada de archivarse o de ser dejados de lado ante la visión tautológica de los experimentos de la Vanguardia.

Báez-Rubí sostiene que el análisis de las imágenes se realiza en tres niveles: El primer nivel, en que el análisis desde el sentido del fenómeno como prototipo del gesto. En un segundo nivel analiza el sentido del significado y termina en el sentido del documento o sentido del ser esencial de la obra. Cabe entonces la posibilidad de entender que la imagen como objeto trae como consecuencia su abordaje desde una perspectiva antropológica en la que el ser humano es definido como un productor de imágenes por excelencia, como señalaba Aby Warburg (1866-1929).

En la ponencia de Báez-Rubí se expone que las imágenes se yuxtaponen en una superposición simbólica de contenidos latentes y de contenidos manifiestos, siempre en movimiento y en permanente construcción, interrogando al presente y al pasado del sujeto histórico, las imágenes y sus cambiantes significados permanecen en la memoria colectiva. Es así como desde la postura de Báez-Rubí resulta sensato pensar en Aby Warburg más que como un teórico o historiador del arte, como un investigador de la cultura que mediante un suntuoso uso de la imagen postuló una historia (y tal vez una posibilidad historiográfica) única y poderosa en la que nos confronta con la necesidad intrínseca del ser humano de producir imágenes.

1 E. H. Gombrich, 1992, Aby Warburg: Una biografia intelectual, con una memoria sobre la historia de la biblioteca a cargo de F. Saxl [versión española de Bernardo Moreno Carrillo, Madrid, Alianza].

Báez-Rubí precisa que la investigación sobre las imágenes ha llevado a hablar sobre un giro en los últimos tiempos y los adjetivos que lo caracterizan abarcan un amplio espectro que va desde el pictórico, el icónico, hasta el de la imagen y el visual, exponiendo que “el proceso mismo del hecho pictórico va más allá del resultado que es lo que le va a dar valor.”

Por su parte en la conferencia Báez-Rubí expone que una forma más actualizada de aproximarse a la imagen es a través de la metodología iconográfica que expone Erwin Panofsky en la que propone que a medida de las posibilidades de acceder a las fuentes, tanto textuales como visuales, las fuentes y la memorización enciclopédica se han abierto en la última década a la era digital, conformándose esta herramienta como la mayor red de información mundial y planteando una casi inmediata abolición de aquellos principios de formación memorística de principios de siglo.

Báez-Rubí explica en palabras de Panofsky cómo la iconología del intervalo supone un tipo de conocimiento interdisciplinar, una nueva forma superadora de entender el estudio de los fenómenos visuales. Esta nueva forma en permanente devenir, nos insta a repasar los principios acerca de las ideas originales de Warburg y quienes siguieron sus pasos, las posibles aplicaciones de sus postulados y su futuro en el nuevo mundo contemporáneo posmoderno.

El hecho de que a dicho giro se le pueda comparar en sus alcances con el giro lingüístico (linguistic turn) es puesto a discusión, pues si bien se ha conformado una ciencia de la imagen dedicada expresamente a fortalecer la investigación sobre las imágenes, ésta no ha logrado justificar satisfactoriamente un giro fundamental respecto al paradigma básico de la investigación.

Pero la imagen no sólo transforma: no sólo expresa o comunica. En su conversión a “formas duraderas” lo que se perpetúa también es la decisión mediante la cual una cultura logra enfrentarse a su destino:

“No esperábamos encontrar allí la solución al enigma del espíritu humano; sólo una formulación nueva de la eterna cuestión de por qué el destino envía a todos los hombres creadores al mundo de la inquietud perpetua, en el que se les permite elegir dónde formar su personalidad: en el infierno, en el purgatorio, o en el paraíso” 2

Como bien señala Gombrich (2010), los objetivos del método iconográfico eran reconocer un tema, un motivo, un contexto histórico de ejecución, en base principalmente a las fuentes históricas y a su relación probada con el círculo de producción de determinada obra. El análisis panofskyano hacía de las herramientas de Warburg un “objetivo en sí mismo”, con rígidos y limitados alcances.

Como conclusión, para la teoría de la imagen, los postulados de Báez-Rubí pueden resultar fructíferos en cuanto sus reflexiones inspiran una comprensión de las imágenes como formas visibles que, por medio de su propia visibilidad, son capaces de documentar y completar el aspecto de lo representado durante el acto de ver. Ellas no solamente dejan ver algo, sino que hacen visible algo en el momento en que ofrecen al espectador una manera de ver mediante la cual puede ser visto el objeto. Los medios materiales que permiten a la imagen hacerse presente o visible, tales como pinceladas sobre el lienzo o trazos en el papel, desempeñan un papel decisivo en el proceso de manifestación de la imagen.

Faltan demasiados años y demasiados errores para percibir la imposibilidad de una interpretación positivista de la imagen. Pero paso a paso, encontramos instrumentos y voces que exigen salir del vacío y encontrar en el pasado gestos de esperanza y fuerza.

2 Warburg, Cuadernos de notas, 1927; citado en Gombrich E., 1992, Aby Warburg: una biografía intelectual. Madrid, Alianza Forma. p. 242.

Bibliografía

  1. GOMBRICH, E.H. (1992) Aby Warburg: una biografía intelectual. Madrid, Alianza Forma.
  2. GOMBRICH, E. (2010). Los significados de las obras de arte. Objetivos y límites de la iconología. En Gombrich esencial. Barcelona: Phaidon.
  3. PANOFSKY, E. (1995). Introducción: La historia del Arte en tanto disciplina humanística. En El significado de las Artes visuales. Madrid: Alianza forma.
  4. WARBURG, A. (2004) El ritual de la serpiente. México, Sexto Piso.